Después de editar "La muerte en Madrid 1939", aquí en Madrid, con la pasión, el trabajo y el dinero de los que reunidos para ese cometido, lo hizo posible; la sorpresa que nos conmueve en este tiempo, aunque supiésemos que el Acto de reeditar esa obra nos traería "buena ventura", que entre otras cosas nos permitiría entrar por "la puerta grande" en ese campo, en el que nos tratamos de ubicar. La poesía.de la mano de un poeta que siempre ayudó a los jóvenes y que a nosotros, gentes que escriben libros, que hacen libros, que los distribuyen y difunden, con más motivos nos daría una mano. Sin embargo el asombro de haberlo logrado y la sorpresa de encontrar un otro planteamiento sobre lo que creímos zanjado con la reedición de la obra: "el pago de la deuda" que a todo poeta le "condena" no es resuelto en un único "acto"; como así podemos ver en la famosa entrevista que hace Horacio Salas al poeta; y que está formulada en el poema de Tuñón:
El poeta murió al amanecer
"Y mañana, mañana florecerá la tierra que caiga sobre él".Deja muy pocas cosas, libros, un Heine, un Whitman,un Quevedo, un Darío, un Rimbaud, un Baudelaire,un Schieller, un Bertrand, un Bécquer, un Machado,versos de un ser querido que se fue antes que él"
Como también en este mismo poema y así "sencillamente" expresado está el decir que todo poeta y toda poesía, que lo sea, es "social",
ya que ésta y su hacedor, han de estar dados desde los social-histórico:
"Fue un poeta completo de su vida y su obra.Escribió versos casi celestes, casi mágicos,de invención verdadera,y como hombre de su tiempo que eratambién ardientes cantos y poemas civiles"
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